¿Dónde están los animales?

Durante el primer semestre del 2023 estuvimos estrenando cámara trampa y parecía como si los animales estuvieran dispuestos a usar sus 15 segundos de fama desde el principio. Primero apareció el armadillo, luego el cusumbo, luego un ratón de campo y para cerrar, los más bellos y esquivos, la comadreja y el borugo. Entre abril y agosto desfilaron todos ellos en diferentes puntos de la reserva y nos quedamos con la idea de que sería así para siempre. De hecho llegamos a soñar con ver una oncilla o un oso paseándose entre los arrayanes.

La alegría no nos duraría mucho. Desde septiembre del año pasado las fotos en cámara mostraban sólo grupos de perros (ferales según los vecinos). La conclusión lógica en ese momento era que estos perros, al estar de cacería, obligaron a las especies silvestres a replegarse y buscar protección en lugares cada vez más remotos. Pasaron dos meses de sólo oír y ver perros, pero en noviembre, hasta ellos desaparecieron, como si un hoyo negro se los estuviera tragando a todos.

Desde finales del 2023 no hemos tenido suerte con los mamíferos terrestres, sin embargo, varias especies de aves han activado la cámara. Este periodo ha coincidido con un verano atípico intensificado por El Niño1 y esto nos ha llevado a una segunda hipótesis sobre la ausencia de fauna durante los últimos meses: ¿Los animales “bajan” de la montaña en temporadas húmedas como en una suerte de migración local? Pronto, cuando regresen las lluvias, podremos comprobar si esta idea tiene algo de sustento. Se acerca abril “lluvias mil” y la temporada de invierno de mitad de año, así que ya veremos.

Queremos pues, elaborar un poco las preguntas y posibles hipótesis sobre lo que pudo haber pasado. Tal vez ninguna sea del todo correcta y seguramente hay teorías mucho más elaboradas que las que vamos a compartir con ustedes, pero bueno, aquí van:

Los perros

La problemática con perros ferales en los Cerros Orientales de Bogotá (y por lo tanto la vertiente oriental de los cerros) es grande. Algunos amigos y vecinos de nuestra vereda Potrerogrande, nos cuentan que hay presencia de manadas de perros ferales merodeando por el bosque y que, al no tener “alimento fijo”, cazan lo que encuentren, léase animales de monte. Es tan grande el problema que, el año pasado, El Espectador cubrió la noticia con un reportaje sobre ataques de perros ferales en zonas protegidas del país.2

Perros “ferales” recorriendo la parte alta de la reserva.
Perros “ferales” recorriendo la parte alta de la reserva.
El verano

O mejor dicho, las temporadas secas y de lluvias. Independientemente del verano, cada ”estación” tiene efectos en la flora y la presencia de agua en la región y la reserva. Este verano ha sido largo y extremadamente seco, pero contrario a lo que se esperaría, los arbolitos del bosque comestible han crecido con más vigor y los árboles maduros han florecido durante más tiempo, lo cual nos ha dado una producción de semillas y frutos nativos que no veíamos desde hace un par de años.

Revisando literatura sobre cámaras trampa encontramos un artículo3 sobre estudios que se realizaron en varios países (templados y tropicales) y se encontró que tanto en los países con estaciones (donde los animales migran o hibernan según la temporada) como en los tropicales, se presenta estacionalidad para algunas especies.

Un caso más anecdótico lo tuvimos el año pasado con la iniciativa de “días de cámaras trampa” del Instituto Humboldt. Esta actividad convocó a investigadores, naturalistas, curiosos, propietarios de reservas y otros actores a realizar capturas fotográficas con cámaras trampa durante el mes de octubre. Charlando con otros participantes en una de las reuniones de seguimiento, todos manifestamos una reducción sustancial de capturas en los dos meses anteriores a la iniciativa.

Disponibilidad de recursos

En sintonía con el inventario y monitoreo de aves que lo tenemos más avanzado (nos hemos dado cuenta que colibríes, pericos y pavas, por mencionar algunos, a pesar de no ser migratorios, nos visitan durante algunos meses del año y luego “desaparecen”), muy seguramente nuestros mamíferos terrestres se desplazan a otras zonas en busca de lugares con mayor disponibilidad de recursos durante ciertas temporadas.

Temporadas reproductivas

Similar al punto anterior, es posible que algunos animales se desplacen en búsqueda de mejores lugares para apareamiento o cría. Hasta ahora no hemos capturado videos o imágenes de individuos terrestres con sus crías (aves si), lo cual puede ser una señal de una estacionalidad por temporadas de reproducción.


Cristina Rueda, bióloga investigadora y amiga, estuvo visitando el proyecto para realizar muestreo de colibríes y nos comentaba que las especies de páramo de este grupo de aves se desplazan a otras “altitudes” cuando el páramo no está florecido. Esto puede sonar obvio, pero sólo cuando se es consciente de sutilezas, como la ausencia de alguna especie, es cuando algunas de nuestras preguntas cobran sentido.

En la ciudad todo parece ser estático, a veces somos conscientes de algún árbol que florece o pierde su follaje o de lo difícil que se pone la ciudad cuando llega la temporada de lluvias. Casi siempre andamos sumidos en un soliloquio: el trancón, los impuestos, el trabajo. Estas reflexiones que surgen cuando estamos en la naturaleza podrían traerse a la ciudad; ser consciente del entorno, cualquiera que sea, y sus ciclos es un ejercicio de conexión vital con el lugar donde vivimos. !Se vale hacer preguntas obvias!


1¿Qué es el fenómeno El Niño, por qué ocurre y qué efectos puede producir? https://cnnespanol.cnn.com/2024/02/09/que-es-nino-fenomeno-por-que-ocurre-efectos-trax/

2 Los perros que están causando un serio problema en Colombia. https://www.elespectador.com/ambiente/los-perros-que-estan-causando-un-serio-problema-en-colombia-perros-ferales/

3 An empirical evaluation of camera trap study design: How many, how long and when?. https://besjournals.onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/2041-210X.13370